La Hacienda Buena Vista Coffee Plantation cerca de Ponce, Puerto Rico
Un viaje a Hacienda Buena Vista es una experiencia rara en más de un sentido. Ubicada en las montañas entre Ponce y Adjuntas, esta es una de las cinco plantaciones de café en funcionamiento en el mundo que funciona hasta el día de hoy usando energía hidráulica.
Además de la belleza natural y las pintorescas estructuras, la maravilla de la ingeniería que se exhibe en Hacienda Vista recuerda una época más simple, cuando la energía hidráulica transformó esta plantación en una de las más prósperas de Puerto Rico.
Información general
Hacienda Buena Vista se encuentra al norte de la ciudad de Ponce, a lo largo de la Carretera 123 en el barrio Corral Viejo. Hay visitas en inglés de miércoles a domingo o con cita previa. La hacienda es un área natural protegida del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico.
Una maravilla de ingeniería del siglo XIX
Hacienda Buena Vista, o Hacienda Vives, como también se la llamó, fue fundada en 1833 por Salvador Vives. Originalmente destinado a suministrar alimentos a los esclavos que trabajaban en las tierras cercanas, la hacienda comenzó como un molino de maíz. Migró al café cuando la tercera generación de la familia Vives (Salvador Vives Navarro) adquirió la maquinaria y las estructuras necesarias para plantar el lucrativo frijol. Además, la plantación produjo cacao y achiote, o semilla de achiote.
Pero la Hacienda tenía su trabajo cortado para ello. La familia Vives quería utilizar la energía hidráulica, pero solo podía hacerlo con la condición de que el agua fuera devuelta, limpia, al río Canas. Para hacer frente a esto, la familia construyó un canal de ladrillo de 1.121 pies (más tarde cubierto de cemento para protegerlo) y un pequeño acueducto que canalizó el agua del río en los molinos. El diseño ingenioso era curvo para facilitar el flujo de agua, y utilizó un tanque de decantación para filtrar el agua antes de que llegara a los edificios.
El recorrido lo lleva desde la casa del siglo XIX de la familia Vives, que todavía conserva mobiliario de época original, en el bosque subtropical donde se canalizó el agua. En el camino, nuestra docente, Zamira, explicó cómo el denso dosel de los árboles de cacao protegía los granos de café, señaló algunos de los flatos y la fauna local, y luego nos llevó al corazón de la plantación para mostrarnos cómo el maíz y el café , fueron producidos.
En cada etapa, aprendimos cómo se usaba el agua, la humedad y la sombra para hacer harina de maíz y café. Vimos el agua convertir un molino con una turbina de dos brazos enorme y única, una innovación tecnológica de su época. En el camino, descubrí que 28 libras de granos de café en una almud, o un recipiente de café, produce 3 libras de café, lo que me da una nueva apreciación de mi taza de la mañana.
En octubre, puedes participar en el proceso de principio a fin, desde escoger los frijoles hasta asar y beber la copa final de Joe. Y, por cierto, Puerto Rico produce un café bastante bueno. Pero incluso si no puede hacerlo durante la temporada, Hacienda Buena Vista es una experiencia maravillosamente restaurada, mantenida e interactiva en las montañas del interior de Puerto Rico.